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La música como herramienta de estimulación en personas mayores con deterioro cognitivo
Introducción
El envejecimiento poblacional ha incrementado la prevalencia de enfermedades neurodegenerativas, como la demencia y el Alzheimer. Estos trastornos afectan la memoria, el lenguaje, la orientación, la conducta y la capacidad funcional de las personas mayores, generando gran impacto en la calidad de vida tanto del paciente como de su familia.
En este contexto, la musicoterapia y la estimulación mediante la música han demostrado ser estrategias no farmacológicas de gran valor para promover la comunicación, despertar recuerdos y favorecer el bienestar emocional.
¿Por qué la música?
La música estimula múltiples áreas cerebrales relacionadas con la emoción, la memoria y la motricidad. Incluso en fases avanzadas de deterioro cognitivo, los pacientes suelen conservar la capacidad de reconocer melodías significativas y responder a ellas con gestos, movimientos o expresiones emocionales.
Entre sus beneficios se destacan:
- Estimulación cognitiva: favorece la evocación de recuerdos autobiográficos y mejora la atención.
- Regulación emocional: disminuye ansiedad, depresión, agitación y conductas disruptivas.
- Comunicación no verbal: permite establecer vínculos afectivos cuando el lenguaje está deteriorado.
- Motricidad y coordinación: alienta el movimiento corporal rítmico, útil en la prevención de rigidez y caídas.
- Identidad y dignidad: escuchar canciones significativas conecta a la persona con su historia y fortalece la autoestima.
Evidencia científica
Estudios clínicos han demostrado que la música:
- Reduce la agitación y agresividad en personas con demencia (Livingston et al., 2017).
- Mejora la interacción social y la expresión emocional en residencias geriátricas (Särkämö et al., 2013).
- Estimula la plasticidad cerebral, incluso en etapas avanzadas de deterioro (Jacobsen et al., 2015).
La Organización Mundial de la Salud reconoce la música como parte de las intervenciones artísticas con beneficios comprobados en salud mental y bienestar de las personas mayores.
Aplicación práctica en geriatría y gerontología
El uso de la música debe adaptarse a la historia de vida, preferencias culturales y etapa evolutiva del deterioro cognitivo. Algunas estrategias son:
- Listas de reproducción personalizadas con canciones significativas de la juventud.
- Sesiones grupales de canto y baile adaptado en centros de día o residencias.
- Ejercicios de reminiscencia usando música como disparador de recuerdos.
- Instrumentos simples (panderetas, maracas) para promover la participación activa.
- Rutinas de relajación con música suave para disminuir la ansiedad.
Rol del equipo interdisciplinario
El trabajo conjunto entre geriatras, terapeutas ocupacionales, psicólogos, musicoterapeutas y cuidadores permite implementar programas musicales con objetivos terapéuticos claros:
- Reducir el consumo de fármacos psicotrópicos.
- Mejorar la convivencia en entornos institucionales.
- Fortalecer el vínculo afectivo con la familia.

En resumen
la música es mucho más que entretenimiento: constituye una herramienta terapéutica potente, accesible y humanizadora en el abordaje de las personas mayores con deterioro cognitivo. Su aplicación regular favorece la estimulación cognitiva, la expresión emocional, la comunicación y la calidad de vida.
Integrarla en los programas de cuidado es, por lo tanto, un paso esencial hacia una geriatría más centrada en la persona.